miércoles, octubre 08, 2014

Después de mucha espera, el 27 de Septiembre de 2014 aterrizó en Barcelona, específicamente en Les Comes (Provincia de Suria), una de las carreras de obstáculos más intensas y exigentes del mundo, la Spartan Race. La misma que ha logrado convertir a miles de valientes de todo el planeta en verdaderos espartanos.


Las coordenadas de nuestro GPS nos llevaban a lo que parecía un espectacular terreno de batalla y un cartel nos indicaba que en poco tiempo comenzaría nuestro reto, la Spartan Race Super, con una distancia mínima de 13km y al menos 21 obstáculos. 

Después de aparcar el coche, nos dirigimos a la zona de registro, donde había un montón de voluntarios gestionando la inscripción de cada uno de los corredores. En cuestión de minutos ya teníamos asignados nuestros dorsales, el chip de cronometraje y los brazaletes de identificación. Esta vez mi número sería el 3072. 



Nuestra tanda era la de las 12:45h, justo después de la Elite Super. En ese momento ya no había vuelta atrás, estábamos preparados en la línea de salida esperando el grito que liberaría a 300 guerreros y guerreras que buscábamos conquistar un territorio desconocido que nos convertiría en Spartans. La adrenalina y los nervios corrían por nuestras venas, pero estábamos preparados para todo.


Nos encontramos con unas durísimas subidas a la montaña, mucho sufrimiento, mucha emoción, muchísimo barro...



Pero también unas infinitas ganas de completar este reto tan exigente.


Después de un gran esfuerzo, unos cuantos burpees y más de 3 horas de pruebas, un último salto nos daría la victoria y ya seríamos oficialmente Espartanos.


Quiero dar las gracias a Juan y a Roberto, mis dos compañeros de equipo espartanos por toda su ayuda, sin ellos no hubiera sido posible.


En cuanto a la organización de la carrera sólo puedo decir cosas buenas. La experiencia ha sido alucinante, los voluntarios, fotógrafos y todo el equipo de la Spartan han hecho que tanto espectadores como corredores pudiéramos pasar un fin de semana repleto de adrenalina.

A pesar de lo duro de la carrera y de todo el esfuerzo que ha conllevado, estoy orgullosa por haber culminado la prueba con éxito y tengo unas ganas inmensas de seguir aprendiendo y mejorando para que el año que viene pueda tener colgada en mi cuello la ansiada Medalla de la Trifecta. Al fin y al cabo ¿cuál es nuestro oficio? ¡AROOO AROOO AROOO!




¡Hasta la próxima guerrer@s!

Carmen

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